Alma Rota....

 

 Más allá de mi triste memoria,
En algún oculto pasadizo oscuro;
Existe un paraje hecho de sombras,
Lúgubre entre los muros de mi mente,
Un sitio olvidado por el sol y por ti:
Una vez soñé que en ese lugar nos juntaríamos
Para intentar de recuperar nuestro antiguo amor.

Si en definitivo lo perfecto, lo sublime
Y lo que aun siente mi corazón por ti
No puede manifestarse
Sino con textos, así entonces es mi amor;
Si alguien supiera descifrar
Todo eso que desconozco de ti
Quizás a mi perturbada mente entender pueda,
Que las sombras mas diabólicas me cobijen.
Es este, por ahora, mi condenado mundo sin ti.

Si alguna noche de un lado de mi rostro
Verás descender las lagrimas que emanan por ti,
Las sombras se reirán altivas
Destapando el secreto que se arrastra deambulando
Vendrán los demonios sin forma que
Cierto día fueron lo que mis ojos...
Llegaran las rojas alegrías que
Burbujean alegremente, bailando;
Emanando de mis venas en el carmesí mas bello
Y procuraran apagar este fuego maldito....
Y que después de este tiempo continua ardiendo
En la hoguera de mi insólito amor...

Mi Alma en el Infierno

Helada está mi alma
prisionera de la muerte presta,
como un desierto yermo está mi corazón
y creo perder por instantes la razón.

Necesito tu amor en este presente,
la sangre me hierve y la secreción me estalla
extinguiendo mis rabias,
mi putrefacta soledad que ofusca mi mente.

Y en este estado irritado
podría cometer una locura incontenible
llevándote conmigo al mismo infierno,
por el mismo amor que te envolvió.

Ese amor que tan alejado se encuentra
que ni el hilo del Destino llega,
ese agrio sentir en penas ahogadas;
lágrimas estropeadas de los sargazos de mi conciencia
que gota a gota me empujan a mi caída.

Yo te aguardo con el amor lujurioso
que difunde los términos de la muerte física,
y como en la Divina Comedia..
Manifestemonos juntos esos planos de pecado y arrepentimiento
fundiéndonos en abrazo eterno.

En la muerte está mi ansiada libertad
allí buscaré las fuerzas necesarias
para aguardar sin trabas,
con mano tendida atraeré tu alma
en la libertad del desencarnar,
nada tendrás que demandar,
nuestras almas nos llevaran a su voluntad...
El reencuentro será nuestra felicidad.

Mi vida en el infierno: Muerto y Enterrado

Desde lo mas profundo del precipicio
Emerge la figura de un suplicio,
Bajo un manto de oscuridad escarlata
Junto a alegres cadáveres de porcelana visceral.

Bailan estáticos y asquerosos
Sobre mis apestosas pesadillas,
Excitan mi dolor podrido
Con sus pálidas risotadas
Y sus marchitos aullidos de angustia,
Celebrando el banquete de mi muerte.

Imploran la memoria olvidada
De un ritual oscuro y absurdo,
Esparcen sobre mi sepulcro
El llanto de mis venas
Anegando mí lecho somático
De un carmesí oculto y primitivo.

Relumbra el lamento de la noche,
Desgarrando la calma del silencio
En un conjunto de lágrimas polvorientas,
Que no han de sofocar mi sufrir.

Estoy aquí sin testigos ni jurado,
Brutalmente por la vida condenado.
Estoy aquí por el tiempo aislado,
Triste, muerto y enterrado.

Tú....

Cubres con las sombras tu blanquecina silueta,
Fogosos labios pulidos, y esa mirada ausente,
Que inmediatamente los versos brotarán a mi mente
Razonando en cuanto admiras mi esencia de poeta.

Descendiste de Gealach, huyendo cual cometa,
Resplandeciente pero fría, de estela impasible
Que al viento se desplazaba, hipnotizando a la gente,
Con el baile perenne de una nerviosa veleta.

Tiemblo con tu apariencia, tus ojazos son de plata
Que me hace bullir las venas con un fuego sagrado.
Loco hombre lobo, inquieto como un niño.

Me muero de inquietud, por tu boca roja,
Tus labios son deliciosos y soy como un lobo;
Que cede ante el embelesamiento, que incita tu cariño.

Sentimiento hechizado

Y aquí me hayas, prisionero,
espíritu silencioso,
aprisionado y ávido por ti,
mi reina de ésta oscura vida
y creadora de mis silencios,
oh mi reina de negro engalanada,
yo que de luz blanca sin embargo
te conozco, poder una imagen tener
en lo más hondo de mis sueños...

Tú, bienvenida y poderosa
dueña de mi corazón negro,
a ti te llamo, oh visión de tu oscuro
y sombrío castillo dominante,
para que ocupes este pasadizo
que mi médula recorre
que de angostos, zigzagueantes y tortuosos
pasillos moldeados,
de tu amor constituido, de tu figura tallada
y con mi pluma plasmado.

Soy yo, dichoso me siento,
por tu rostro poder observar
bajo ese negro atuendo
que a tu solemne silueta ocultara,
pues en tanto ellos de tu blanca y pura mirada
quedan colmados, yo sin embargo de tu amor,
sentimiento y embrujo persisto hechizado.